18/04/2012
EDITORIAL DEL DIARIO ABC (PARAGUAY)
PELIGROSA RADICALIZACIÓN DEL GOBIERNO ARGENTINO
Conducida por un Gobierno que no ofrece ninguna garantía ni previsibilidad, la República Argentina va encaminándose por una peligrosa senda de sectarismo y radicalización ideológica que amenazan con producir un inminente descalabro de su economía.
Una serie de impulsivas y desatinadas decisiones adoptadas por la presidenta Cristina de Kirchner pone al país hermano en una situación de virtual aislamiento internacional que, sin lugar a dudas, tendrá un impacto directo sobre el Mercosur y el relacionamiento externo del bloque.
Paraguay debe analizar seriamente la evolución de los hechos, ya que se trata de uno de nuestros principales vecinos y mercados para nuestros productos.
La determinación de la Mandataria argentina de expropiar el 51% de las acciones de YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), quedándose así con casi toda la parte de la empresa española Repsol, no solo representa un acto hostil que compromete seriamente las relaciones entre Buenos Aires y Madrid, sino que agrava ante la comunidad financiera la imagen de autosegregación de los mercados que fue tristemente instaurada a fines del año 2001, cuando ese país declaró la cesación de los pagos de su deuda externa.
Por la alta significación económica y financiera que la expropiación de YPF implica, el gobierno de la señora Fernández recibió ácidas críticas de España, el país directamente afectado por la expoliación; la Unión Europea, Estados Unidos y México, entre otras naciones y organismos influyentes en la escena internacional.
La actitud cerril que el Gobierno Argentino ha venido asumiendo desde comienzos del presente año no se limita, sin embargo, a ese único hecho.
La Presidenta Fernández abrió un complejo y adverso frente internacional en su contra con la adopción de las medidas proteccionistas del 1 de febrero, que limitaron seriamente las importaciones.
Por esta reprochable decisión, el vecino país (ARGENTINA) es actualmente objeto de demandas ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
LA DENUNCIA COLECTIVA CONTRA ARGENTINA, PRESENTADA EL PASADO MARZO, CUENTA CON EL RESPALDO DE AUSTRALIA, LA UNIÓN EUROPEA EN REPRESENTACIÓN DE SUS 27 MIEMBROS, ISRAEL, JAPÓN, COREA DEL SUR, MÉXICO, NUEVA ZELANDA, NORUEGA, PANAMÁ, SUIZA, TAIWÁN, TAILANDIA, TURQUÍA Y ESTADOS UNIDOS.
A nivel del Mercosur, el impacto de esas medidas proteccionistas fue y es devastador.
Tanto en Uruguay como en Paraguay se registró un notable descenso de las exportaciones hacia la República Argentina, con el consecuente impacto que ello significa en términos de cierre de fábricas y pérdida de miles de puestos de trabajo.
Lo cierto es que el talante hosco e irritante que desde comienzos de año ha venido asumiendo la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner ya no conoce siquiera de barreras protocolares.
La semana pasada se retiró ofuscada, de manera descortés e intempestiva, de la Cumbre de las Américas, celebrada en Cartagena de Indias, porque esta no había adoptado una posición compartida acerca del histórico diferendo que su país mantiene con Gran Bretaña por la soberanía de las islas Malvinas.
En su abrupta retirada, la Jefa de Estado le espetó al presidente Juan Manuel Santos, “te olvidaste de Malvinas”, como si de él dependiera la aprobación de una declaración común.
EN SUMA, A LA VISTA DE LOS HECHOS ENUNCIADOS, BIEN PODRÍA CONCLUIRSE QUE LA CANTIDAD DE ESCENARIOS Y FRENTES ADVERSOS QUE FERNÁNDEZ DE KIRCHNER ABRIÓ CON LA COMUNIDAD INTERNACIONAL TIENEN LA INTENCIÓN DE SERVIR DE CORTINA DE HUMO A LOS GRAVES PROBLEMAS POLÍTICOS, ECONÓMICOS Y SOCIALES que la presidenta encara a nivel interno, uno de los más significativos de los cuales es el descontrolado aumento de la inflación, que los organismos públicos intentan disimular –aunque sin éxito– por todos los medios a su alcance.
Con la excusa de que es una encendida defensora del patrimonio nacional, tanto en lo que respecta a la protección de la producción interna como a la recuperación de las Islas Malvinas y la denominada ahora “soberanía hidrocarburífera” con YPF, la mandataria argentina busca generar cohesión interna entre sus conciudadanos –sobre la base de objetivos nacionalistas– para superar las críticas de que es objeto por su cada vez más descolorido liderazgo político.
Ahora bien, si la República Argentina fuera un país más en la región, tal vez la situación no revestiría la gravedad que actualmente representa para quienes, como el Paraguay, somos parte de un proyecto económico y comercial común con ella.
El mundo entero se encargó de recordarle, ante la expropiación de YPF, que su decisión tendrá consecuencias directas.
“El perjuicio para Argentina puede ser irreparable”, advirtió esta semana el Canciller español, José Manuel García-Margallo.
“Nadie en sus cinco sentidos invierte en un país que expropia las inversiones”, alertó por su parte el presidente de México, Felipe Calderón.
En suma, si una parte del Mercosur está tan gravemente enferma, es probable y hasta lógico que el resto de los socios sufran las consecuencias. Este espacio económico común está hoy malherido a causa de la pérdida de credibilidad argentina.
Así las cosas, y dado el peligroso e incierto rumbo que está adoptando la República Argentina, es de fundamental importancia, porque hace a la defensa de los altos intereses nacionales, que el Gobierno Paraguayo analice acabadamente –más allá de las incondicionalidades permanentes que suele expresar con las autoridades kirchneristas :
- EL IMPACTO QUE LAS IRRACIONALES DECISIONES ASUMIDAS POR EL GOBIERNO DE CRISTINA
FERNÁNDEZ (DE KIRCHNER) PRODUCEN EN NUESTRA ECONOMÍA
- La forma en que logrará amortiguarse ese efecto negativo
- La necesidad de abrirse a nuevos horizontes que permitan contrarrestar los indudables daños que las
medidas argentinas tendrán en el conjunto del Mercosur y en la proyección de su imagen externa.
(Extraído y adaptado del Editorial del diario ABC de Paraguay abc.com.py)
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